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Los dirigentes mundiales se comprometen a redoblar esfuerzos hacia el logro de la cobertura sanitaria universal para 2030

En la reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), los dirigentes mundiales han aprobado hoy una nueva declaración política titulada «Cobertura sanitaria universal: ampliemos nuestras aspiraciones para la salud y el bienestar en un mundo pos-COVID».  

La declaración es bienvenida como un catalizador esencial para que la comunidad internacional tome medidas audaces y de calado y movilice las inversiones financieras y compromisos políticos necesarios para alcanzar la meta sobre la cobertura sanitaria universal (CSU) de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030.

La meta sobre la CSU mide la capacidad de los países para garantizar que todas las personas reciben la atención de salud que necesiten, en el momento y lugar que la necesiten, sin tener que hacer frente a dificultades financieras. Abarca el espectro completo de servicios de salud esenciales, desde la promoción de la salud hasta la prevención, la protección, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos. Resulta alarmante que los progresos mundiales hacia la CSU se fueron ralentizando en gran medida desde 2015, antes de estancarse en 2019. 

Las aciagas estadísticas dejan patente cuán urgente es esta declaración. Al menos 4500 millones de personas —más de la mitad de la población mundial— no estaban totalmente cubiertas por servicios de salud esenciales en 2021. Dos mil millones de personas tenían dificultades financieras, y más de 1300 millones se veían abocadas a la pobreza, o aún más hundidas en ella, simplemente por tratar de acceder a servicios de atención de salud básica. Esta es la cruda realidad de las crecientes inequidades en materia de salud.

«En última instancia, la cobertura sanitaria universal es una elección, una elección política», declaró el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «La declaración política que los países han aprobado hoy es señal inequívoca de que se decantan por esa elección. Ahora bien, no es una elección que pueda hacerse solo sobre papel. Se traduce en decisiones presupuestarias y políticas. Y, sobre todo, se traduce en inversiones en atención primaria de salud, el camino más inclusivo, equitativo y eficiente hacia la cobertura sanitaria universal».

Punto de inflexión para corregir el rumbo

En la declaración política, los Jefes de Estado y los dirigentes mundiales se comprometen a tomar medidas fundamentales en el ámbito nacional, realizar inversiones esenciales y fortalecer la cooperación internacional y la solidaridad mundial al más alto nivel político a fin de acelerar los progresos hacia la CSU para 2030 mediante un enfoque basado en la atención primaria de salud (APS). 

Para que la atención de salud sea verdaderamente universal, se requiere pasar de sistemas de salud concebidos en torno a enfermedades a sistemas de salud concebidos para las personas. La APS, un enfoque para fortalecer los sistemas de salud centrado en las necesidades de las personas, es uno de los ámbitos de inversión más eficaces para acelerar los progresos hacia la CSU. 

Los países que han adoptado un enfoque basado en la APS tienen mejor capacidad para establecer rápidamente sistemas de salud más fuertes y resilientes a fin de llegar a las personas más vulnerables y lograr un mayor retorno por las inversiones en salud. Es más, garantizan que un mayor número de personas se beneficien de servicios de salud esenciales y estén empoderadas para participar en la adopción de decisiones que afectan a su salud y bienestar.

Se estima que se necesita una inversión adicional de US$ 200 000 - 328 000 millones anuales para ampliar a escala un enfoque basado en la APS en los países de ingreso bajo y mediano (por ejemplo, hasta aproximadamente el 3,3% del producto interno bruto nacional). Ello podría ayudar a los sistemas de salud a prestar hasta el 90% de los servicios de salud esenciales, salvar al menos 60 millones de vidas y aumentar la esperanza media de vida en 3,7 años para 2030.

La OMS, a través de su red de más de 150 oficinas en los países y seis oficinas regionales, presta apoyo técnico para acelerar la reorientación radical de los sistemas de salud mediante enfoques centrados en la APS, además de facilitar orientaciones normativas sólidas para el seguimiento de los progresos en materia de rendición de cuentas e impacto.   

La OMS encomia a los Estados Miembros por aprobar la declaración política, elaborada a través de un amplio proceso consultivo, de la segunda reunión de alto nivel de las Naciones Unidas, dedicada a la CSU. La OMS se compromete plenamente a trabajar con los Estados Miembros y los asociados para impulsar acciones normativas a favor de la CSU a fin de ampliar la cobertura de servicios, garantizar la protección financiera y configurar la arquitectura de financiación para invertir más y mejor en salud. 

Una vez adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, la declaración política se someterá periódicamente a control para detectar deficiencias en su aplicación y buscar soluciones que permitan acelerar los progresos, y se debatirá en la próxima reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre el asunto, en 2027.